BODA DE MAGDALENA DE SUECIA
Hoy el post va dedicado, como no podía ser de otra manera, al BODORRIO real que ha tenido lugar este fin de semana. ¿La novia? Ella,
Magdalena, Princesa de Suecia, conocida por todos. Menos conocido es el que hoy ya es su marido:
Chris O' Neill.
Como sabéis, a cada boda real precede la noche anterior una cena de gala.
Una de las primeras en llegar al Gran Hotel de Estocolmo (donde se celebraba la cena) fue Victoria (también de Suecia y hermana de la novia) acompañada por su marido, Daniel.
Muy elegante, de color gris plata, la Princesa Heredera Victoria eligió para la ocasión una combinación de cuerpo y falda con una gran abertura, que combinó con unas sandalias en el mismo color. Guapísima para mi gusto.
Posteriormente, llegaron los reyes
Gustavo y Silvia, junto con el Príncipe Carlos en solitario.
¡¿Cómo que en solitario?! Sí, en solitario, porque su novia Sofia Hellqvist acudió por otro lado, acompañando a unas amigas de Magdalena. Para quienes no la situéis, es la morena de la izquierda.
Nicolás y Tatiana de Grecia, tan perfectos como de costumbre. A su derecha,
los Príncipes herederos de Luxemburgo, Guillermo y Stéphanie , cuya boda os contamos
aquí.
Aquí, el único representante español en las celebraciones: Luis Medina, el menor de los Medina y al parecer amigo de la princesa desde hace años. [ Cotilleo: De hecho, fue su anfitrión durante una visita de Magdalena y sus amigas a Madrid cuando aún ella no había conocido a Chris O’Neill, y estaba prometida a Jonas Bergström ]
Joaquín y Marie de Dinamarca, la Princesa Charlenne de Mónaco (otra en solitario) y Marta Luisa de Noruega con Ari Behn.
Marie-Chantal y Pablo de Grecia (atentas a las sleepers del caballero),
Theodora de Grecia, llamada la princesa del séptimo arte (a ésta no la tenía yo fichada) y
los Príncipes Manuel y Anna de Bavaria (a éstos tampoco).
Os pongo también la imagen de invitados varios no identificados, para que echéis un vistazo a los estilismos.
Y por fin,
los novios.
Magdalena, eligió al diseñador Elie Saab (bien por ti, Magdalena), al igual que lo hiciera en su día también su hermana Victoria para la cena de gala previa a su enlace (¿os acordáis?). El diseño espectacular, como todos los de Elie Saab, le favorecía mucho.
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La Familia Real y la familia de Christopher O'Neill en la cena en el Grand Hôtel.
Foto: Brigitte Grenfeldt, Kungahuset.se via hola.com
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La cita era a las 16.00 horas en la capilla del Palacio Real de Estocolmo. Hasta ahí desfilaron los representantes de las casas reales y el resto de invitados a esta gran boda real.
De nuevo, una de las primeras en llegar fue la Princesa Victoria junto con Daniel y la pequeña Stelle, hija de ambos.
Vestida en color maquillaje, Victoria de Suecia estuvo muy pendiente de la pequeña durante toda la ceremonia.
La Reina Silvia llegó del brazo de su hijo, el Príncipe Carlos Felipe. Al igual que el día anterior, la pareja de este último no participó de la comitiva real.
Una vez más, Tatiana de Grecia (esposa de Nicolás de Grecia) fue una de las invitadas más elegantes a la boda.
En los mismos tonos azules llegó vestida Mette-Marit de Noruega, que acudió junto con su marido Haakon de Noruega. De la casa real noruega también acudió Marta Luisa junto con Ari Behn.
De similar escote era el vestido de Mary de Dinamarca. En esta ocasión, la princesa se decantó por un vestido rojo con sobrecapa. Más sencilla iba Charlenne de Mónaco, que llamó la atención por dos asuencias: la de su marido Alberto y la de joyas en su look. Otra casa real que decidió acudir al enlace fue la de Luxemburgo. En la imagen, el Príncipe Heredero Guillermo junto con su esposa Stéphanie.
La única representación española corrió a cargo, como hemos dicho, del hijo menor de Naty Abascal. Luis Medina acuidó muy elegante de frac.
Una de las invitadas que causó más expectación a su llegada fue la de Sofia Hellqvist, que recorrió la alfombra en solitario y vestida de color lavanda.
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Y LA NOVIA LLEGÓ VESTIDA DE VALENTINO
Mucho se había hablado durante las últimas semana acerca de quién sería el diseñador encargado de diseñar el vestido de novia de la Princesa Magdalena. Sonaron nombres como el diseñador sueco Pär Engsheden, el de Elie Saab o el de Vera Wang.
Finalmente, el elegido fue el italiano Valentino.
El vestido estaba realizado en seda plisada con encaje de Chantilly en tono marfil, manga corta y cuello en forma de barco. El escote de la espalda, en forma de "V" estaba realizado también en encaje. La cola del vestido medía 4 metros mientras que el velo estaba realizado en organza de seda rematado con pequeño encaje de flor de azahar y point d'esprit.
A través de Twitter e Instagram, el pasado viernes os daba distintas opciones sobre por qué tiara se decantaría la princesa para su gran día. Sabíamos que no llevaría la denominada tiara de los siete camafeos al haberla lucido tanto la Reina Silvia como la Princesa Victoria en sus respectivas bodas.
La elegida fue nuestra favorita y también la tiara favorita de la novia. Se le denomina la diadema del rey Gustavo, ya que fue un regalo de su padre, el rey Carlos Gustavo, a la reina Silvia por su décimo aniversario en 1986. Alrededor de la diadema, la princesa llevaba pequeñas flores de mirto blanco del palacio de Ulriksdal, siguiendo la tradición de las damas de la familia real sueca que siempre llevan flores de este mirto en su ramo de novia o en su pelo. Los zapatos de la novia, por su parte, llevaban el mismo bordado que su velo.
Del peinado y maquillaje de Magdalena de Suecia se encargaron Rick Ljung y Sara Denman mientras que el ramo únicamente fue realizado con diferentes tipos de rosas en color blanco y también mirto de Sofiero, tal y como llevaba en el pelo.
Después de la ceremonia, los novios quisieron compartir su felicidad con los ciudadanos que se encontraban fuera del palacio esperándoles.
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La novia iba impresionante, sobria, sencilla y muy guapa, no en vano está considerada la princesa más guapa de Europa. Pero no es eso lo que más me ha gustado de esta boda, sino las constantes y espontáneas muestras de cariño que los novios se han dedicado durante todo el tiempo que ha durado la ceremonia y la celebración posterior (y esto es algo que en el día de la boda de Victoria también me llamó muchísimo la atención).
Nada más ver la cara del novio mientras esperaba a Magdalena en el altar, sabía que iba a emocionarse muchísimo, y vaya si lo hizo. Mientras ella avanzaba por el pasillo central de la capilla del Palacio Real, él no podía evitar mostrar la emoción que sentía. Ella, sin embargo, estuvo muy serena durante toda la ceremonia, aunque muy sonriente, eso sí.
Best wishes newlywed.
Fotos: hola.com y vanitatis.com
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